A lo largo de los últimos tiempos, el consumidor está viviendo una especie de retorno que le sitúa en la sabiduría antigua, y con un deseo de simplicidad que lo lleva a buscar cómo poder disfrutar más de la vida y la alimentación saludable.
Bajo las tendencias de alimentación que está siguiendo el consumidor por excelencia este año 2017 sobresalen algunas:
- Reducción de azúcar: Debido a los altos índices de obesidad que se extiende en muchos países, y el deseo por imponer un estilo de vida más saludable, el consumo del azúcar está disminuyendo muchísimo en la actualidad. Los consumidores buscan productos alternativos y naturales, como la miel de abeja o los azúcares que se extraen de otras fuentes como el coco. El azúcar en sí se está convirtiendo como un producto innecesario que perjudica más a la salud de lo que puede endulzar un plato de comida.
- Aguas premium: El agua enriquecida con electrolitos o mineralizada pisa fuerte en el mercado. En tiempos pasados no era raro observar cómo una familia embotellaba agua del grifo, y con el tiempo se ha podido demostrar que dependiendo de la zona geográfica pero en niveles generales, contiene altos residuos de cal y puede perjudicar gravemente la salud de las personas. Es por ello que el consumidor cada vez toma más conciencia de ello, y prefiere las botellas de agua con un perfil más premium, no solo por sus componentes sino también por su funcionalidad.
- Indulgencias permitidas: La culpa deja de ser un factor que interviene en la decisión de compra del consumidor. Sigue el modelo de consumir por placer, evitando sentirse culpable por las compras que realiza. Se suele inclinar por aquellos productos que además de ser saludables también le proporcionen placer y cubran sus necesidades.
- Gusto fermentado: En Estados Unidos, es cada vez más común la demanda de productos fermentados tales como encurtidos o yogures, no solo para llevar a casa sino también como ingredientes en las recetas de importantes restaurantes. Este gusto por lo fomentado lleva al consumidor a implicarse más a la hora de conocer qué está comprando y por qué lo hace, obteniendo un alto conocimiento de este tipo de productos y evitando los de mala calidad.
- Origen verificado: La procedencia de los alimentos consumidos se convierte en un dato inapelable y de los que el consumidor más tiene en cuenta a la hora de hacerse o no con un producto. Cuanto menos procesado esté lo que vamos a comprar, mayor será su valoración y probabilidad de compra.
Por primera vez el consumidor revisa de forma exhausta los alimentos que mete en su cesta, y es por ello que los productos más innovadores y con origen natural, consiguen posicionarse en un rango de calidad superior a los productos que ni dicen su origen ni proporcionan unos mínimos de calidad ecológica para el consumidor.