MURCIA, 14 May. (EUROPA PRESS) –
El Festival Murcia Tres Culturas ha comenzado su XVIII edición con el éxito de público y asistentes que abarrotaron por completo los dos escenarios ocupados este fin de semana.
El viernes jornada de inauguración de este Festival Internacional por la Tolerancia, congregó en la Plaza Apóstoles a aproximadamente 1.250 personas -1.000 sillas colocadas de aforo más el público congregado de pie y en las terrazas-, que disfrutaron con el espectáculo de música antigua de Eduardo Paniagua, especialmente con la selección de cantigas de Alfonso X relacionadas con Murcia.
Asimismo, el sábado, después de que por la mañana tuviera lugar la celebración del Día de la Ciudad, conmemorando la fecha de creación del Concejo de Murcia, despidió la jornada con otra actuación musical, en este caso, a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, con la dirección de Gonzalo Berná Pic
En esta ocasión, la Plaza Belluga atrajo a 1.900 personas, de las cuales 1.200 ocuparon las sillas colocadas por el Ayuntamiento y el resto se mantuvo de pie o en los locales de hostelería.
El sábado, bajo la dirección del maestro Gonzalo Berná, los músicos interpretaron un programa muy variado y atractivo que, bajo el título de ‘Tres miradas descriptivas’, incluirá obras inspiradas en las sonoridades de distintas procedencias y culturas, tomando en este caso a la música sinfónica como nexo entre pueblos.
Del belga Jan Van der Roost, la Sinfónica de la Región tocó ‘Rikudim’, una pequeña colección de danzas hebreas que recogen, con variados ritmos y sonoridades, el espíritu danzante moderno y popular de las tradiciones judías.
A continuación, la formación se adentró en los deslumbrantes sonidos orientales de la mano de ‘Sheherezade’, del compositor ruso Rimski-Korsakov, una obra inspirada en varios episodios de ‘Las mil y una noches’ y en las melodías de la ‘Colección de cantos argelinos, moros y de las cábilas’.
La música española de Joaquín Turina puso fin a este paseo por algunas de las diferentes culturas del mundo. Del compositor andaluz, los músicos tocaron su ‘Sinfonía sevillana’, atractiva, alegre, evocadora y con claras alusiones al folclore de su tierra natal, así como al ambiente madrileño. No en vano se trata de una obra poemática cuyos tiempos van narrando el idilio entre una madrileña y un sevillano.