El boicot a las marcas catalanas en las redes
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- Rechazo a las marcas catalanas
Tras la polémica lucha de Barcelona por conseguir la independencia de España, las redes sociales han tomado partido desde el resto de provincias españolas y han abierto fuego en esta guerra para posicionarse en contra de las marcas catalanas.
Las famosas pizzas de Casa Tarradellas o Hacendado, Yatekomo que fue nombrado el producto más innovador de toda España en 2015 o las cápsulas de café Dolce Gusto de Nestlé son algunos de los productos más elegidos por el consumidor y que ahora están sufriendo un fuerte boicot en las redes sociales.
Hay muchas posturas acerca de lo que se debería o no hacer en España, pero lo cierto es que el boicot general a las marcas catalanas está ocasionando graves pérdidas para todos los actualmente españoles, ya que la mayoría no se han posicionado a favor o en contra de la independencia y las redes sociales arremeten contra ellas simplemente por su origen geográfico. Las empresas de Cataluña se encuentran divididas tras la aprobación de la ley del jeferéndum, y más de 30.000 empresas han abandonado en los últimos años Cataluña, como Naturhouse. En 2016, 802 empresas dejaron Cataluña para irse a otras CCAA con una pérdida de 1.200M€.
La industria alimentaria catalana vende un 60% en España, y el miedo al boicot es real. La independencia amenaza la estabilidad de gigantes nacionales como Gallina Blanca o Mercadona, pero también a grandes multinacionales como Danone, Nestlé, Unilever o Lidl.
Actualmente no será extraño recibir cadenas de WhatsApp donde se pide a los españoles que apoyen a su país a través del rechazo a las marcas catalanas. En Twitter también se están subiendo varias fotografías de las principales marcas para que se dejen de consumir. Los separatistas argumentan económicamente su rechazo a España, y dejando a un lado los argumentos emocionales así es cómo los españoles que no se consideran separatistas en el resto del país están reaccionando.
Se pide también, que las empresas cuyo domicilio fiscal se ubique en Cataluña sean restringidas en las compras españolas, para así evitar que se llame de forma general a los ciudadanos “ladrones” por consumir productos que en teoría siguen siendo de España.
Al buscar en Twitter “boicot a las marcas catalanas” obtenemos miles de resultados, y podemos comprobar como en cuestión de minutos el buscador vuelve a proporcionarnos otros miles de tweets acerca de este controvertido tema.
La mayoría de estos comentarios se están empleando para posicionarse a favor de este boicot justificando que se trata de algo “político”.
Otros, sin embargo, opinan que solamente debemos realizar este rechazo a comprar ciertas marcas cuando su origen sea separatista y catalán, es decir, centralizando el odio a las marcas que exclusivamente estén a favor de la independencia y no confundir al resto de empresas catalanas que ni han tomado partido en la polémica ni tampoco apoyan a los separatistas.
La polémica en las redes sociales está servida, y la posibilidad de que se realice una fuerte fuga de empresas en España tiene a los principales accionistas y empresarios españoles en vilo. La repercusión económica de este boicot puede ser terrible, tanto para España como para Cataluña.
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