Download!Download Point responsive WP Theme for FREE!

El Gin Tonic de Autor

El Origen del Gin Tonic

gintonic_contenido

La India, 1757. La provincia de Bengala cede ante el dominio de la British Eastn India Company en la cruenta Batalla de Plassey. Cientos de jóvenes soldados combatieron hasta el amanecer, cumpliendo así con su cometido, expandiendo los límites del imperio. Desde ese momento la India sería una Colonia Inglesa. Aquéllas eran tierras colmadas de pobreza y enfermedades, entre las que crecía apresuradamente la peor de ellas, “la malaria”.

En 1783, a miles de kilómetros de distancia, un joven joyero alemán de nombre Johann Jacob Schweppe, inventa en su residencia de Suiza un sistema eficaz con el que introducir burbujas de anhídrido carbónico en el agua envasada en botellas. Crea así el primer refresco con burbujas y funda su propia compañía “Schweppes & Co” que establece en Londres, capital europea en aquella época.

A los pocos años, y en un intento de ayudar al gobierno de Inglaterra para combatir enfermedades como la malaria en los confines del imperio, introduce la quinina como ingrediente en la soda carbonatada. En ese momento nace la primera “tónica”, una bebida refrescante con propiedades medicinales y el primer remedio para combatir la pandemia que sufrían los ingleses en la India.

La Tónica Schweppes se populariza, llegando a los lugares más recónditos del Imperio Británico. Años más tarde, un alto oficial británico destinado en la India, propone a su consejo añadirle ginebra a la tónica para fabricar un combinado alcohólico con el que celebrar sus numerosas victorias y al mismo tiempo mantener la salud y el espíritu de sus tropas. La idea fue extremadamente bien recibida por los soldados, que adoptaron esta nueva bebida como “oficial”. Así acababa  de nacer una mezcla ideal que contrarrestaba el amargo sabor que la quinina daba a la tónica y que al mismo tiempo tenía un alto contenido medicinal, el Gin Tonic. Automáticamente se
convierte en la fórmula más extendida en el mundo.

 

The Perfect Gin Tonic

Cada cóctel necesita de un entorno adecuado y persigue un fin determinado, el de un Gin Tonic es justamente la perfección. Esa perfección responde a un ritual pluscuamperfecto. Estimado lector, no se preocupe usted, tenemos el secreto.

Primero, el lugar. En casa o en algún bar (británico o del resto de capitales europeas, no importa), lo que buscamos es un ambiente relajante que nos permita olvidarnos del resto y disfrutar de nuestro Gin Tonic con los cinco sentidos. Quítese la corbata (si lleva), y los zapatos (si se lo permiten), siéntese en un buen sillón, respire hondo y prepárese para disfrutar de un trago de historia, mito y leyenda.

Segundo, la compañía. Ava Gardner, tan bella e inolvidable, decía que “solo o bien acompañado”. No son pocas las celebridades que como Ava han adoptado a este clásico de la destilación como bebida predilecta. Incluso la literatura inglesa, en muchas de sus páginas, huele a Gin Tonic. No hay bebida más culta, sofisticada y al mismo tiempo popular que el Gin Tonic, y eso se refleja incluso en su paso por la literatura.
Tercero, y siguiendo las preferencias de Winston Churchill, en su justa medida, “fuerte y claro”.

No podían haber imaginado los ingleses colonizadores de la India un futuro tan próspero para el Gin Tonic. Un simple trago combinado que nació queriendo ser una medicina y que es hoy símbolo de sencillez: Hielo, Limón o Lima, Gin y Tónica muy frías.

 

Hay un gran error a la hora de preparar un Gin Tonic: Nunca jamás servirlo en un vaso de tubo. Se sirve en copa ancha, cual bebida digna de príncipes, o en vaso tipo asturiano de sidra para que exprese toda su personalidad. Los hielos, como los zapatos de un hombre, parecen accesorios, y sin embargo son la piedra angular de una presencia impecable, aristocrática como sus orígenes. Mucho hielo da a la mezcla la consistencia que necesita (macizos, no huecos). Después se le añade únicamente una piel de limón o lima, según preferencias, exprimiéndola en el borde y añadiéndola dentro de la copa para aromatizar antes de sumergirla. También se puede elegir pepino, guindilla, flores… si se desea un Gin Tonic aromatizado. Añadir la ginebra y verter la tónica suavemente por las paredes de la copa o vaso para conseguir el efecto perfecto. De esta manera, las chispeantes y generosas burbujas de Tónica Schweppes, que poseen el punto óptimo de carbonatación, se mezclarán de forma única con la ginebra consiguiendo el efecto deseado para el Gin Tonic, el efecto pluscuamperfecto que buscamos.

Y ahora el secreto más importante de todos. Puede elegir cualquier tónica para conseguir una mezcla digna, o puede elegir una Tónica Schweppes y el resultado será el mejor Gin Tonic (The Perfect Gin Tonic) que haya probado en su vida. No olvide que la medida perfecta es de una parte de ginebra por cuatro de tónica.

¡Qué razón tenía Sir Winston Churchill cuando hablaba de los efectos de esta benéfica bebida!