SEVILLA, 25 Feb. (EUROPA PRESS) –
Mientras el Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS) acoge una exposición sobre el proyecto de Guillermo Vázquez Consuegra para rehabilitar y adaptar como centro cultural las Reales Atarazanas, construidas en 1252 y declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Andalucía (Adepa) avisa de que esta muestra no ofrece un verdadero “debate ciudadano” sobre el asunto.
La muestra, recordémoslo, surge después de las denuncias de los colectivos conservacionistas, que tachan de “crimen patrimonial” este proyecto avalado por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico y con licencia de obras por parte del Ayuntamiento.
En concreto, avisan de que sobre el monumento pesa el plan especial de protección del sector Arenal del Conjunto Histórico Artístico de Sevilla y aunque el mismo “prohíbe” los usos de hostelería en los monumentos protegidos, el proyecto contempla “una cafetería con una terraza de unos 1.000 metros cuadrados”. Además, denuncian que no se respeta la escala, las dimensiones ni la totalidad de sus elementos, como las pilastras o las cubiertas”, pues en el nuevo diseño “se reforman y reconstruyen dos cuerpos edificados sobre las naves dos y cuatro.
Sus defensores, por contra, señalan que el proyecto en cuestión plantea mantener libre de uso el espacio medieval de la planta baja, el sistema estructural de las primitivas atarazanas mudéjares, así como abrir el espacio hacia la calle Dos de Mayo, como una posibilidad más respecto al actual sistema de acceso. Asimismo, se consagra como sala principal de exposiciones la primera planta del edificio de cabecera, construido como Maestranza de Artillería por Carlos III a finales del siglo XVIII. Por último, este proyecto rechazado por los colectivos conservacionistas, que lo tachan incluso de “crimen patrimonial”, concentra los nuevos usos en la planta alta de las naves, donde “es más viable la intervención arquitectónica y hacia donde el edificio ha crecido en tiempos recientes”.
Para Adepa, en cualquier caso, esta exposición no implica un verdadero “debate ciudadano” sobre el futuro del monumento, porque su “único contenido es el proyecto que ha obtenido licencia”, toda vez que el debate “se va a limitar a una mesa redonda sólo con profesionales de la arquitectura, mayoritariamente ajenos a la realidad de Sevilla y sus monumentos aunque, eso sí, muy próximos a las pautas de intervención patrimonial del autor del proyecto”.
Adepa, además, critica “la exposición en la sede de una entidad que ya se ha manifestado públicamente a favor de una opción concreta, en referencia al Colegio de Arquitectos, así como “el intento de eludir el debate ciudadano que ha de ser amplio y pluridisciplinar, intentando limitarlo a una controversia entre especialistas de la arquitectura”.
Además, atisba “una exclusión de aquellas opiniones y alternativas distintas de la presentada”, en alusión a “historiadores, arqueólogos, restauradores, americanistas y las entidades de la ciudad con interés y competencias en estos temas, como las academias, el Ateneo, o las fundaciones y las entidades conservacionistas”. “Un proceso de participación ciudadana es bastante más que la exposición forzada de unos planos”, avisa Adepa.