SANTA CRUZ DE TENERIFE, 1 Sep. (EUROPA PRESS) –
Las Lanzaderas de Empleo de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna han finalizado este viernes su actividad con un 51 por ciento de inserción laboral, ya que 20 de las 43 personas que han participado han encontrado trabajo por cuenta ajena en diferentes sectores, otra ha optado por poner en marcha su propio negocio en la hostelería, y otra más ha realizado un Certificado de Profesionalidad con el que hará prácticas laborales.
Todo ello supone un 51 por ciento de inserción laboral durante los cinco meses que ha funcionado este programa de lucha contra el desempleo impulsado por la Fundación Santa María la Real, la Fundación Telefónica y el Cabildo de Tenerife, a través de Fifede, con la cofinanciación del Fondo Social Europeo.
Así, un total de 43 personas con edades comprendidas entre los 26 y los 57 años han participado durante cinco meses en esta actividad con el objetivo de optimizar su búsqueda de trabajo, informa el Cabildo en una nota.
Guiados por técnicos especializados, han realizado en equipo dinámicas de inteligencia emocional y comunicación, talleres de marca personal y búsqueda de empleo 2.0, simulación de entrevistas, mapas de empleabilidad y visitas a empresas, entre otras actividades.
HERRAMIENTA EFICAZ
Esas actividades han dado sus frutos y 20 de los 43 participantes han encontrado trabajo por cuenta ajena en diferentes sectores, como ingeniería, hostelería, jardinería, diseño gráfico, relaciones públicas, atención social o administración, entre otros.
El consejero insular de Empleo, Leopoldo Benjumea, destaca que las Lanzaderas de Empleo, que este año se han abierto a los mayores de 35 años, son un método “innovador y muy eficaz” en la búsqueda de empleo, en la línea que se lleva impulsando desde el Cabildo “para incrementar las competencias y las habilidades de las personas que no tienen trabajo”.
CRECIMIENTO Y CAMBIO DE ACTITUD
Por su parte, los técnicos que han gestionado las lanzaderas de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, Jonathan Chevalley y Gemma Torres, respectivamente, están satisfechos con los resultados logrados en los cinco meses, no sólo por la tasa de inserción, sino especialmente por el cambio de actitud que han experimentado los participantes.
“Hay historias muy llamativas. Por ejemplo, una ingeniera topógrafa dejó su carrera tras terminar sus estudios para criar a su hijo. Siete años más tarde y sin tener experiencia, ha conseguido trabajo y está muy feliz. Por cada participante, hay una historia de superación detrás, en la que se aprecia un cambio de actitud y una mejora notable de las habilidades comunicativas, de la empleabilidad y de las competencias digitales”, explica Chevalley.
Según explica Gemma Torres, “la lanzadera les ha aportado muchos valores, además de autoestima, reconocimiento y habilidades sociales, y también les ha dado conocimientos y estructura para emprender una búsqueda más organizada, pensando siempre en el foco el objetivo de cada uno, que es encontrar un empleo en una empresa donde primen sus valores y su talento”.