Con el auge del Big Data y los beneficios que facilite, son cada vez más empresas del retail que han decidido implantar sistemas de extracción y almacenamientos de datos para monitorizar diferentes parámetros relacionados con su actividad y con los hábitos de compra. No obstante, todavía son muchas las empresas que no tienen el conocimiento necesario para gestionar ese volumen de datos para sacarles el máximo partido a la hora de administrar sus recursos y modificar su forma de relacionarse con los clientes.
En la actualidad se puede comprobar que existe una disrupción tecnológica impulsada principalmente por los consumidores, que experimentan nuevas formas de relacionarse con las marcas y exigen alternativas a la compra tradicional que pasen por la omnicanalidad. Para adaptarse a esta perspectiva, las empresas tienen que evolucionar en un contexto en el que los datos se han convertido en una pieza clave para las nuevas estrategias empresariales.
Con el modelo omnicanal se satisface una de las principales demandas de los consumidores actuales, que permite a las compañías ofrecer una experiencia homogénea pero a la vez cruzada en todos los canales de compra. Una iniciativa que dispone de especial relevancia si se tiene en cuenta que los consumidores combinan los canales online y offline durante su rutina diaria.
Omincanal
En España las compañías todavía están lejos de ser omincanal 100%, no obstante algunas de ellas han realizado una apuesta muy fuerte por esta tendencia y eso implica gestionar de forma conjunta los datos. Lo que plantea una serie de desafíos, especialmente en torno a los procesos de logística y del conocimiento del cliente. Esto provoca que se necesiten implementar diferentes soluciones tecnológicas para llevar a cabo un proceso exitoso.
El desarrollo de nuevos sistemas de análisis y medición de la experiencia offline y online permite conocer en profundidad el comportamiento y las preferencias de los clientes. Con esta información, las empresas son capaces de desplegar campañas de marketing contextualizadas y más efectivas y de detectar nuevas tendencias para aumentar sus oportunidades de venta.
Una de las obsesiones actuales de los retailers es el de extraer y acumular datos, lo que les obliga a gestionar un volumen de datos que no para de crecer. No obstante, el dato puro no les ayuda a vender más, ya que necesita de la capacidad de interpretar estos datos para obtener una visión completa del consumidor en todas las interacciones con la empresa, con independencia del canal. Este se erige como el camino adecuado para ofrecer productos y servicios personalizados para que las marcas consigan fidelizar al usuario.
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