SEVILLA, 20 Ene. (EUROPA PRESS) –
El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número cinco de Sevilla ha accedido a la medida cautelar solicitada por los gestores del Bar Citrën, para suspender provisionalmente la extinción de la concesión demanial, derivada de un arrendamiento de renta antigua, gracias a la cual dicho negocio de hostelería funcione en una propiedad municipal, hasta que se resuelva el fondo del litigio, según informa el propio bar.
Tal y como hiciera ya el pasado mes de septiembre el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 13 en el caso del restaurante La Raza, gestionado por un grupo hostelero homónimo y en la misma situación que el Bar Citroën, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número cinco ha accedido a la suspensión cautelar de la extinción de la concesión demanial para “evitar el posible perjuicio irreparable”.
Benito González, propietario del Bar Citroën, ha manifestado en un comunicado su satisfacción por la decisión del juzgado, “ya que nos garantiza continuar con nuestra actividad y sobre todo seguir con la explotación de un establecimiento histórico de Sevilla, que da empleo a más decena de personas, algunos de ellos con una gran antigüedad”.
Las concesiones demaniales de los espacios de titularidad municipal donde funcionan el restaurante La Raza y el Bar Citroën, recordémoslo, fueron declaradas extintas durante 2016, merced al acuerdo adoptado por el Ayuntamiento hispalense para extinguir los contratos de arrendamiento de locales de negocios formalizados con anterioridad al 9 de mayo de 1985, es decir de renta antigua, conforme a lo recogido en la Disposición Transitoria Tercera de la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Aunque en la mayoría de los casos se reconoció a los arrendatarios de cada espacio un derecho “preferente” a continuar en tales locales municipales pero a través de un “nuevo arrendamiento” actualizado, respecto a cinco espacios de titularidad municipal, entre ellos el restaurante La Raza y el Bar Citroën, el Ayuntamiento hispalense resolvió considerar los alquileres como “concesiones” demaniales al recaer sobre bienes de dominio público y no meros bienes patrimoniales.
Después, el Consistorio determinó que tales concesiones demaniales expirarían, simplemente, una vez acabasen las prórrogas de los citados contratos de renta antigua.